La víctima era agredida físicamente y obligada a mantener relaciones sexuales en contra de su voluntad. Huyó de la vivienda donde convivían y fue auxiliada por un amigo, quien la acompaño a radicar la denuncia.
El fiscal penal 4 de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual, Pablo Rivero, representó al Ministerio Público Fiscal ante la Sala VI del distrito Judicial Centro, en la audiencia en la que un hombre fue condenado a la pena seis años de prisión de ejecución efectiva. El acusado de 27 años de edad, fue considerado responsable del delito de abuso sexual con acceso carnal en concurso real en perjuicio de su expareja.
Las actuaciones de la Fiscalía iniciaron ante la denuncia interpuesta por una mujer contra su novio, con quien convivía. Según el relato, el acusado revisaba su celular constantemente y ante cualquier mensaje encontrado, la agredía físicamente, tomándola del cabello y golpeándola con los puños. En repetidas ocasiones, fue obligada a mantener relaciones sexuales en contra de su voluntad y amenazada de muerte si intentaba abandonar el domicilio.
El día que radicó la denuncia, la víctima le había manifestado a su pareja su deseo de abandonar la vivienda, pero fue violentamente agredida. Luego de ser abusada sexualmente, logró escapar bajo engaños, hasta encontrarse con un amigo que la trasladó para realizar la denuncia correspondiente.
La mujer fue atendida por el médico del Cuerpo de Investigadores Fiscales (CIF) y se le ofreció asistencia médica debido a que manifestaba no encontrarse bien de salud.
El fiscal Pablo Rivero destacó que, de acuerdo con las circunstancias descritas en la denuncia y las pruebas reunidas en la causa, se estableció que el acusado cometió actos de violencia sexual sobre la víctima utilizando la fuerza, hasta consumar el abuso. En este tipo de delitos, que suelen ocurrir en un contexto de privacidad, el testimonio coherente de la víctima, quien ha proporcionado una versión consistente y detallada de los hechos, se ha constituido en un elemento probatorio clave.
