Cuando la víctima iba a visitar a sus primas y aprovechando que jugaban a las escondidas, el imputado la sometía a tocamientos y tiempo después, comenzaron los abusos con acceso carnal.
El fiscal penal 2 de la Unidad de Delitos Contra la Integridad Sexual (UDIS) en feria, Rodrigo González Miralpeix, requirió juicio ante el Juzgado de Garantías 6 del distrito Centro, para un hombre de 31 años de edad como autor de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante por la duración y circunstancias de realización, abuso sexual con acceso carnal en concurso real y corrupción de menores en concurso ideal, en perjuicio de su ahijada menor de edad.
El director del colegio secundario al que asiste la menor de 13 años fue quien puso en conocimiento de la Policía que la adolescente había sufrido una crisis de nervios.
Según había expresado la autoridad del establecimiento educativo, la adolescente fue llevada a la preceptoría donde contó que su tío y padrino la estaba citando para que fuera a un lugar. Fue en esa oportunidad que relató que desde que ella tenía 11 años, jugaban a las escondidas y cuando se iba a esconder, su tío la sometía a tocamientos, lo que sucedió en varias ocasiones. Contó además que en 2022 habían empezado los abusos con acceso carnal.
La adolescente expresó que no le había dicho nada a su madre. La crisis nerviosa que sufrió en el colegio se habría debido a que el imputado le estaba enviando mensajes, amenazándola para que fuera con él, caso contrario iría a hablar con su madre.
Luego de escuchar el relato de la alumna y presunta víctima, el director del colegio labró un acta y puso en conocimiento del hecho a la Policía.
Apenas recibió la novedad, la UDIS 2 dispuso que se desplazara personal policial al domicilio de la madre de la menor, a fin de que tomara conocimiento de lo sucedido y acompañara a su hija.
Al momento de radicar denuncia, la madre de la adolescente aclaró que nunca supo de estos hechos y que lo único que le llamó la atención fue que el último año su hija no quería tomar contacto con el imputado y que evitaba ir a la casa de su prima, tía de la menor y pareja de este.
A su tiempo, la víctima prestó declaración testimonial mediante Circuito Cerrado de Televisión (CCTV), oportunidad en la que detalló cómo fueron sucediendo los hechos.
Del informe de pericia psicológica de la adolescente, realizado por una perito psicóloga del Gabinete de Psicología del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) se desprende que la menor “evidencia indicadores de estrés postraumático, tales como alteraciones en la sociabilidad, desconfianza ante los otros, rigidez en los vínculos, estados depresivos, crisis de angustia y ansiedad”.
En el requerimiento, el fiscal González Miralpeix expresa que de los elementos colectados se vislumbra en primer lugar, un acometimiento gravemente ultrajante contra la reserva sexual de la víctima por parte del imputado.
Los tocamientos implicaron un ultraje severo, humillante y vejatorio, sostiene el Fiscal y que el imputado, mediante sendas conductas corruptoras, pretendió alterar el desarrollo y la integridad psicosexual de la niña, con lo cual se verificaría el delito de corrupción de menores.
